DÍA SIN COCHES
Hoy es el día sin coches. Una iniciativa que nos recuerda que el resto del año es el día con coches. El vehículo a motor es una de esas cosas que en relativamente poco tiempo, apenas cien años, se ha convertido en una presencia absolutamente necesaria para la forma en que las sociedades actuales entienden su vida.
El vehículo, tenga dos, tres o cuatro ruedas, se impulse con gasolina, gasóleo, gas o electricidad, se use privada o públicamente, el vehículo a motor es hoy por hoy imprescindible para nuestra vida diaria.
Pero cabe la pregunta: ¿son muchos los coches? ¿Hay menos o más?
Nosotros podemos contestar a esa pregunta con bastante precisión. De hecho, el día 31 de agosto pasado, como quien dice hace tres semanas, había en España 30.466.546 vehículos circulando. Bueno, en realidad lo que nosotros sabemos es que había todos esos vehículos asegurados; pero asumimos que quien asegura un vehículo, algún uso le da.
El día 31 de agosto había en España 30.466.546 vehículos circulando
¿Son muchos o pocos? Pues, la verdad, cuando se miran cifras, más bien sale que ni una cosa ni la otra. Los datos conocidos sobre número de vehículos asegurados y población indican que hay países con mayor tasa de motorización (vehículos por habitante) que España, pero también los hay que tienen menos. Parecemos estar en la zona cómoda de la tabla.
¿Cómo ha evolucionado nuestro parque asegurado?
Pues el parque asegurado español venía mostrando en este siglo una tendencia continuada de crecimiento que, sin embargo, se vio frenada (nunca mejor dicho) en el verano del 2008, que fue precisamente cuando estalló eso que conocemos como crisis financiera mundial, que acabó degenerando en una crisis económica. El frenazo fue en seco, pues a partir de ese momento el parque prácticamente permaneció estático durante años, los conocidos como años de la crisis; y sólo desde el 2015 ha comenzado a mostrar trazas claras de recuperación. No obstante lo dicho, el crecimiento del parque todavía estar lejos de haber tomado la aceleración (nunca mejor dicho) que se observaba antes del año 2008.
Porque los vehículos son muchos, y porque es posible causar daño con ellos aun siendo el conductor más experto del mundo y poniendo los cinco sentidos en la conducción, es por lo que las sociedades modernas se protegen contra esos daños haciendo que todo aquél que tenga y use un vehículo a motor deba asegurarlo para que existe una institución financiera (la aseguradora) que responda económicamente por los daños producidos. Porque las víctimas de accidentes de tráfico, que por cierto son unas cuantas, no pueden jugársela a que quien choque con ellas o las atropelle pueda responder por el daño causado.